jueves, 2 de marzo de 2017

CON QUÉ ORDEN SE DEBEN FIRMAR LOS ARTÍCULOS CIENTÍFICOS DE VARIOS AUTORES

Artículos Científicos: Quién puede firmarlos y en qué orden. Ética y Pragmatismo de la Publicación Académica

Copiado del Blog de Lluis Codina.  https://www.lluiscodina.com/ 



El lado pragmático: el orden de las firmas y qué significa cada posición



Hasta el punto anterior, hemos considerado sobre todo el lado ético. Ahora, sin abandonarlo de ninguna manera, incluiremos el lado pragmático: la cuestión del orden de las firmas, o sea, en caso de dos o más autores decidir quién firma primero, segundo, etc., porque también suele provocar fricciones y malentendidos (innecesarios).

Empecemos por considerar que todo lo anterior procede del hecho de que en el ultra competitivo mundo de la investigación actual, cada vez más profesionalizado y cada vez menos “artesanal”, publicar en solitario tiene cada vez menos sentido (se pueden llevar a cabo interesantes comparaciones, por disciplinas y años, en el sitio interactivo del Grupo de Investigación EC3www.coauthorindex.info/)


Cada fase una trayectoria aporta un motivo de coautoría

La razón es que se necesitan fondos e infraestructuras para llevar a cabo investigaciones competitivas, sin las cuales es difícil publicar en buenas revistas, y sin esas publicaciones es imposible hacer carrera académica. Como consecuencia, cada vez es más normal que una carrera académica siga un camino el que vamos a esbozar ahora: 

  • En su inicio, un joven investigador debe empezar con conseguir el título de doctor, con una tesis doctoral, claro.
  • Para depositar la tesis, se le pide que, como prueba de la calidad de su investigación aporte algunas publicaciones cuando presente su tesis doctoral. Lo lógico es que en esas publicaciones sea coautor su director de tesis, no digamos si es una tesis por compendio.
  • Después, para poder hacer carrera académica en la universidad, nuestro joven doctor necesitará formar parte de un grupo de investigación (a poder ser de la mano de una beca postdoctoral). Lo que publique en el seno del grupo de investigación provendrá, en buena parte, o bien de las tareas que le asigne su supervisor y/o de los recursos humanos o de otro tipo (por ejemplo, know-how, métodos, instrumentos de análisis, etc.) del grupo de investigación, y esto siempre implica trabajar en equipo.
  • Es lógico, pues, que siga publicando en coautoría, y así podríamos seguir con el retrato de una carrera académica típica actual, ya que esto no se detiene cuando nuestro joven investigador madura y se convierte en un senior, porque para seguir progresando necesitará ganar proyectos competitivos que financien sus investigaciones y que le permitan ofrecer becas y nuevas oportunidades para jóvenes investigadores, para lo cual, a su vez, necesitará trabajar en equipo, y seguramente más que nunca.


La coautoría como indicador de éxito

Además, de los motivos que marcan la trayectoria anterior, otros que suelen señalarse para las autorías múltiples es que presentan muy buena correlaciones con diferentes indicadores de éxito. Los autores más productivos suelen publicar en coautoría. Los artículos con diversos autores suelen recibir más citas. También suelen tener más éxito en los procesos de evaluación. Por último, pero no menos importante, para aumentar la colaboración de otras universidades nacionales o internacionalización es imprecindible la co autoría, etc.

Como vemos, la cuestión es que, al menos por lo que hace a la producción científica, cada vez tiene menos sentido publicar artículos en solitario. Otra cosa son otros géneros que también forman parte del mundo académico y cultural, tales como el ensayo, la obra de pensamiento, la divulgación (todos estos, generalmente en forma de libro, no de artículo), etc., donde si es totalmente normal encontrar autorías únicas.



El significado del orden de firma
Pero en el contexto actual de la ciencia y en el mundo de la publicación de artículos académicos, lo raro es la publicación en solitario. Entonces, dada esta propensión a publicar en coautoría, entre las cosas que señalan las COPE en este terreno encontramos estas dos cuestiones fundamentales:
  • Primero, que los editores (y el público) esperan que el primer firmante sea la persona que ha llevado a cabo las mayores contribuciones al artículo, y así sucesivamente.
  • Segundo, que en caso de no seguir la anterior convención, se considera una buena práctica pactarpreviamente el orden de la firma con los autores (por ejemplo, si se propone seguir  el orden alfabético de apellidos, la categoría profesional de los firmantes, etc.) para evitar después malentendidos y disputas.
A partir de aquí, vamos a considerar algunas cuestiones más para poder entender el significado del orden de firma. Para ello, nos limitaremos al primer caso: aquel en el cual firma primero el autor que ha realizado la contribución más importante.
Para entender esta situación, a su vez, necesitamos establecer una diferencia. la que hay entre el perfil del investigador y la contribución de cada autor. No tenerla en cuenta es la principal fuente de problemas. La diferenciación que necesitamos establecer es la siguiente:
  • Investigador más importante. Es decir, ¿quién es el autor, al que llamaremos autor A, más importante atendiendo a su currículum o trayectoria?
  • Contribución más importante. Es decir, ¿quién es el autor, al que llamaremos autor B, que ha realizado la mayor contribución?
El punto esencial aquí es el siguiente: lo que nos dicen las COPE (y esperan los editores) es que el primer firmante sea el autor B, no el A. Pueden coincidir o no, es decir, el más importante como contribución puede ser el más importante como investigador, por tanto, el autor A y el autor B pueden ser la misma persona; pero, ¿y si no coinciden? Entonces, repitamos la idea: lo que los editores esperan es que el primer firmante sea el autor con la contribución más importante, a saber, el que ha realizado la mayor parte del trabajo, no el investigador más importante.
Para poner un ejemplo muy claro, en un artículo con tres firmantes, el último de ellos puede ser el director del grupo de investigación o del laboratorio,  el segundo un investigador senior y el primero un investigador predoctoral.
La razón es que la mayor parte del trabajo la habrá hecho el estudiante de doctorado como parte de su tesis doctoral, por eso firma primero; pero usando el enfoque y supervisión de su director de tesis que por eso también firma, aunque sea el último. Y para el análisis de los datos, pidieron ayuda a un investigador experimentado que aportó tales cosas y además es el que más se implicó en la edición después del doctorando, de modo que por eso firma el segundo.


Conclusiones
Los investigadores júnior o los doctorandos no deben sentirse extrañados de que sus directores de tesis o sus supervisores esperen firmar con ellos los artículos, aunque la mayor parte del trabajo no la hayan realizado sus directores o sus supervisores.  La razón es que habrán hecho aportaciones sustanciales al enfoque aportándoles las metodologías, por ejemplo, y se supone que les habrán ayudado de una forma crítica en la edición del artículo. Dos cosas sin las cuales sabemos que es muy difícil que un autor júnior o pre doctoral consiga publicar por primera vez en una revista de alto impacto.
Por otro lado, los directores de tesis o los supervisores no deben sentirse extrañados ni ofendidos por aparecer en último lugar, porque el lugar de la autoría no presupone importancia como investigador, sino grado de dedicación al mismo. Un premio Nobel puede firmar el último en un artículo cuyos primeros firmantes sean estudiantes de doctorado. Y aunque sin su apoyo seguramente ese artículo no hubiera superado la primera evaluación editorial, lo cierto es que la mayor parte del trabajo  la han hecho sus doctorandos o pupilos, y sin ese trabajo ese artículo seguramente tampoco existiría. De hecho, lo “normal” en una carrera académica de éxito es que la firma de su dueño se vaya desplazando hacia la derecha.
Es más, las últimas disposiciones de nuestro país sobre evaluación de la actividad investigadora (ver anexo) iguala en relevancia de forma implícita, y en algunos casos de forma explícita, la primera y la última posición de firma como las dos más relevantes, añadiendo en la misma relevancia el rol de autor de correspondencia (el autor que ha llevado la relación con la revista y los evaluadores).


Advertencias
1.    Todo lo dicho aquí, incluyendo aspectos éticos y pragmáticos, forma parte de la dimensión normativa, aunque sea en el sentido (más débil) de normativa entendida como buena práctica. No pretendemos haber hecho una radiografía de cómo funcionan de facto los departamentos universitarios. No nos comprometemos con esto, porque es otra cosa. Una cosa es el nivel normativo, otra el descriptivo. El primero puede ser genial, y el segundo penoso. Pero sin lo primero, ni siquiera podríamos denunciar lo que no nos guste de lo segundo, si es que supiéramos de casos en los que la diferencia merece algún tipo de denuncia.
2.    Hemos dicho al inicio que el dictum “¡publica o perece!” (del inglés publish or perish!) es triste porque muchas veces carece de matices. También porque está generando una industria indeseable de editoriales depredadoras. En cambio, si el principio de valorar una carrera académica con base en publicaciones se toma de forma prudente, entonces resulta hasta sabio. El problema es cuando las agencias de evaluación parecen incapaces de ver otras aportaciones para acreditar una carrera académica, como los libros; no digamos otra clase de obra no bibliográfica, como obra artística, incluso de nivel internacional. Parece que algunas están en ello, pero todo va muy lento.


Anexo: Evaluaciones, número de autores y posición de firma
A continuación, se presenta un resumen de las menciones al número de autores y posición de firma en la Resolución de 30 de noviembre de 2016, de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación (www.boe.es >BOE-A-2016-11189).
Presentamos tales menciones por especialidades académicas, tal como aparecen en la Resolución (hemos hecho un “copiar y enganchar” de los aspectos relevantes). La primera mención es general, por tanto, válida para todos los campos.
En algunos casos se añaden comentarios personales.




PARA TODOS LOS CAMPOS
Para que una aportación sea considerada, el solicitante deberá haber participado activamente en los trabajos que le dieron origen, como director o ejecutor del trabajo, y concretando su aportación específica a los mismos en los casos de multiautoría.
Cómo se puede ver, de modo general se aceptan para evaluación de la actividad investigadora trabajos de autoría múltiple. Además, se acepta con carácter general que la coautoría puede basarse en diferentes roles: como ejecutor o como director del trabajo, y por tanto, se acepta aunque no sea el primer firmante; de hecho si se acepta el rol de director, sería esperable que en este caso sea el último firmante, aunque esto lo añadimos nosotros.


Ciencias sociales, Políticas, del Comportamiento y de la Educación
El número de autores de una aportación deberá estar justificado por el tema, su complejidad y su extensión.

Ciencias económicas
Salvo que estuviera plenamente justificado por la complejidad del tema y la extensión del trabajo, un elevado número de autores puede reducir la calificación asignada a una aportación.

Derecho y Jurisprudencia
El número de autores de una aportación deberá estar justificado por el tema, su complejidad y su extensión.

Historia, Geografía y Artes
Salvo que estuviera plenamente justificado por la complejidad del tema y la extensión del trabajo, un elevado número de autores puede reducir la calificación asignada a una aportación.

Filosofía, Filología y Lingüística
Salvo que estuviera plenamente justificado por la complejidad del tema, las
exigencias metodológicas y la extensión del trabajo, un elevado número de autores puede
reducir la calificación asignada a una aportación.




Lluís Codina • 




Fuentes y obras consultadas
  1. Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora. Convocatoria de Sexenios
  2. Committe on Publishing Ethics. Sitio web: publicationethics.org/
  3. EC3metrics. Sitio Web: ec3metrics.com/
  4. Grupo de Investigación EC3 (Univ. de Granada). Co-autor Index (aplicación web interactiva): www.coauthorindex.info
  5. International Committee of Medical Journal Editors. Recommendations for the Conduct, Reporting, Editing, and Publication of Scholarly Work in Medical Journals 2015 
  6. Phd on Track co authorship [consorcio de bbliotecas universitarias nórdicas]. Acceso: www.phdontrack.net/share-and-publish/co-authorship/
  7. Ruíz-Pérez, R.; Marcos-Cartagena, D.; Delgado López-Cózar, E. “La autoría científica en las áreas de ciencia y tecnología. Políticas internacionales y prácticas editoriales en las revistas científicas españolas”. Revista Española de Documentación Científica, 37 (2) 2014: e049, doi: http://dx.doi.org/10.3989/redc.2014.2.1113
  8. Tim Albert, Elizabeth Wager. “How to handle authorship disputes: a guide for new researchers”. The COPE Report 2003. Acceso: publicationethics.org/files/u2/2003pdf12.pdf
  9. Washington University. Policy for authorship os scientific and scholarly publications.

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