miércoles, 8 de diciembre de 2010

INFORME PISA. CONCLUSION: NI BIEN NI MAL PERO MEJORANDO

Artículo publicado en La Vanguardia  ( 8 de diciembre 2010)



PISA: NI BIEN NI MAL PERO MEJORANDO
Ayer se conoció el cuarto informe PISA y, como era previsible, los resultados, en lo que se refiere a España y a Cataluña, han sido los esperados. Sin entrar en lo más interesante del Informe, que es el análisis de los datos considerados a la luz de los factores contextuales (estudios de los padres, origen de los estudiantes, situación socioeconómica de las familias, calidad de los centros educativos etc.), se pueden hacer dos observaciones de carácter general: la primera, la posición media alcanzada y, en segundo lugar, la tendencia respecto a las anteriores ediciones.
España se sitúa por debajo de la media de los países de la OCDE, ocupando la parte baja del grupo intermedio. Cataluña, como es habitual en este estudio, supera ligeramente la media española y, esta ocasión, por encima de media de la OCDE. España mantiene una posición similar a la alcanzada en las ediciones anteriores: ni un desastre ni un resultado brillante. Estos resultados vienen a confirmar otros estudios, como el publicado hace unas semanas por la consultora McKinsey and Company. En su segundo informe sobre los sistemas educativos se ratifica lo que ahora indica el PISA para España: una posición baja dentro de los países que alcanzan posiciones medias. En la clasificación del Informe McKinsey, España está situada en el tercero de los cinco grupos en que se dividen a los países analizados.
La conclusión: España tiene una escuela de mínimos para el conjunto de la población, homologable a la de los países de su entorno, pero todavía está lejos de alcanzar una escuela de óptimos. La educación en España y Cataluña es tan eficaz como en la mayoría de los países de la OCDE, y el grado de equidad y efecto igualador del sistema es bastante alto. Es cierto que los niveles medios están en la franja baja de los países europeos y que hay pocos alumnos en la banda de máxima excelencia, pero debe tenerse en cuenta el cambio que se ha producido en los últimos treinta años. Se ha pasado de una educación secundaria para una minoría, a la universalización de esta etapa educativa.
Pese a la mejora en las puntuaciones del informe 2009 respecto al anterior, se puede afirmar que hay un estancamiento en los resultados. Dicho de otra manera, en los últimos diez años no se observa una tendencia clara a la mejora.  Tanto en el caso del conjunto de España, como en Cataluña, las diferencias son de 10 a 18 puntos de una edición a otra, lo que, desde el punto de vista estadístico en el índice que utiliza el PISA, puede considerarse unos rendimientos muy estabilizados, a pesar que, en el caso catalán el PISA 2009 parece indicar un cambio de tendencia.
¿Son buenos o malos resultados? Indudablemente son mejorables y en ello debe empeñarse la sociedad. Pero lo que no ayudará nada a esta necesaria mejora es la descalificación de los docentes, el catastrofismo en los análisis y la burda tergiversación de los datos. Deberíamos acostumbrarnos, como ha señalado recientemente Andreas Schleicher, director del informe PISA, a ver la educación en España como un vaso medio lleno y no medio vacío. Seguro que ello nos ayudará a mejorar.
Joaquim Prats
Catedrático de la Universidad de Barcelona

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